Segio Heredia – La Vanguardia – 31/07/2014

Las pérdidas del Banco Espírito Santo (42%) tienen un efecto contagio sobre la bolsa española por dos motivos: está el efecto vecindad, y está el hecho de que el sector de la banca acapara el 40% del peso del Ibex.

“El problema es que desde fuera nos ven con los mismos ojos que a los portugueses. Nos meten a todos en el mismo saco. Y si el Banco Espírito Santo se hunde, entonces la renta variable española también lo acaba pagando”. Christian Torres Lang, socio director de Solventis, utiliza esa lectura para interpretar la caída del Ibex, que ha sido de aúpa. Tras cuatro jornadas de ascensos, y envuelto en un estupendo clima de buen rollo, el selectivo español se ha derrumbado el 2,10%, hasta los 10.707 puntos, considerablemente más que cualquier otro índice europeo.
La lectura es única, aventuran los analistas. Las pérdidas del Banco Espírito Santo (se ha dejado el 42%), atenazado por su enorme crisis financiera, tienen un efecto contagio sobre la bolsa española por dos motivos: está el efecto vecindad, y está el hecho de que el sector de la banca acapara el 40% del peso del Ibex.
Sólo faltaba que los argentinos andasen a vueltas con el default para que el buenrollismo se haya ido a la porra.
“De acuerdo, pero ¿quién nos iba a decir, hace un par de años, que la bolsa sólo cedería un 2% cuando el Banco Espírito Santo se hunde, hay problemas graves en Ucrania y Gaza, y se rompe Argentina? –se pregunta Torres Lang-. En otros momentos, ¡hubiéramos caído mucho más! Hay que ponerlo todo en perspectiva…”.